Las nuevas tecnologías permiten que personas y empresas dejemos nuestra «huella digital» en múltiples dispositivos y plataformas: desde cadenas de correo electrónico hasta ficheros y datos de programas.
En ocasiones, estos contenidos pueden ser cruciales en procesos judiciales. Ya que determinan si ha existido o no algún delito, o como atenuante o agravante de posibles condenas. Sin duda, son una gran ayuda para los tribunales.
Si alguien comete algún acto ilícito, es posible que quiera borrar sus huellas eliminando estos datos o, directamente, destruyendo el soporte en el que se encontraban.
Vamos a ver en qué consiste la recuperación forense de disco duro y su importancia como prueba judicial. Siendo esta una de las funciones clave de un perito informático judicial.
¿En qué consiste la recuperación de datos forense?
Se entiende por recuperación forense al conjunto de técnicas y procedimientos empleados para el acceso y la extracción de datos digitales no accesibles por el cauce habitual.
Este proceso está destinado a la recuperación de datos en un disco duro porque los datos han sido borrados por algún usuario.
Los procedimientos que se emplean para recuperar estos datos también sirven para recuperar información en memorias USB, cámaras digitales, cintas o discos (CD y DVD).
Se utilizan dispositivos y programas específicos de informática forense para acceder a la información que, aparentemente, se ha perdido. Se trata de herramientas muy avanzadas cuyo propósito es recuperar datos borrados.
La recuperación de datos de disco duro como prueba informática judicial
Hay ocasiones en las que personas físicas o jurídicas solicitan este servicio porque hayan sufrido una pérdida involuntaria de información digital sensible. Tanto que les merezca la pena asumir el elevado coste que tienen estos métodos de recuperación.
Sin embargo, estos casos son poco representativos de la totalidad de actuaciones que llevan a cabo los servicios de informática forense. Lo normal es que la información extraviada se considere relevante para algún proceso judicial.
En estas huellas pueden existir indicios de delitos o pruebas de la inocencia frente a una acusación, incluso en el ámbito civil.
He aquí unos ejemplos en los que la recuperación forense de información digital puede ser una herramienta muy valiosa en un juicio:
Un empleado utiliza el ordenador del trabajo con fines personales, descargando contenido ilegal, transfiriéndolo a una memoria USB y borrando posteriormente el historial de navegación y los ficheros descargados. La empresa sería responsable subsidiaria de este tránsito de información, y necesitaría demostrar su inocencia.
Otro empleado sustrae información confidencial de cuya custodia es responsable su empresa (datos propios o de clientes o entidades colaboradoras) y la cede a una organización de la competencia. La empresa se enfrenta a una sanción por vulnerar el Reglamento General de Protección de Datos. La empresa tendría que demostrar que no ha sido responsable de esta fuga, que debe atribuirse al empleado.
La prueba pericial que se aportaría en estos procesos judiciales sería la información contenida en los ordenadores desde los que supuestamente se hubieran realizado estas operaciones. La pueden solicitar tanto los abogados defensores como los de la parte demandante.
Normalmente, quien oculta y borra estos datos es precisamente el más interesado en que la verdad no salga a la luz. La labor de los peritos informáticos es encontrar esta información y proporcionarla como prueba a través de dictamen pericial informático.
Mediante la recuperación forense de discos duros, es posible aportar pruebas en procesos judiciales (penales, mercantiles, laborales, civiles…) en forma de datos digitales que, de cualquier otra forma, se habrían extraviado.
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