Descubra las obligaciones técnicas de las partes en un ERP de cara a un juicio.
¿Qué es un ERP?
Un sistema ERP (sistema de Planificación de Recursos Empresariales, del inglés Enterprise Resource Planning) es una aplicación informática de gestión. El ERP pretende cubrir todas las áreas de una empresa. Por ejemplo, cubriría las áreas de contabilidad, compras y pagos, ventas y cobros, así como los almacenes; todo ello para mejorar la gestión que tienen de las finanzas, fabricación, inventario, compras y ventas.
Estas áreas comparten la información a través de la base de datos que se encuentra en el ordenador central corporativo. De forma que las diferentes áreas de la Empresa estén relacionadas entre sí; permitiendo a las personas obtener mayor beneficio de la información y mejorar las relaciones de los diferentes departamentos entre sí. Por ejemplo, los departamentos de compras y contabilidad (empleados diferentes) comparten el dato económico (precio), entre muchos otros datos.
En definitiva, un sistema ERP son herramientas para la PLANIFICACIÓN, ANÁLISIS Y GESTIÓN DE LOS RECURSOS DE LA EMPRESA. Programas informáticos de gestión empresarial que permiten la mejora del trabajo colaborativo entre diferentes departamentos y personas de la Empresa.
¿Cómo se construye un ERP?
Como es lógico, todas las empresas no funcionan de manera idéntica. Por ello las herramientas informáticas (Por ejemplo “Microsoft Dynamics NAV”) están dotadas de sistemas que permiten adecuar y ampliar el sistema a los modos, técnicas o criterios requeridos por el cliente.
Un proyecto de fabricación de un programa informático de este estilo se divide, básicamente y muy resumidamente, en 3 fases. Siendo la primera fase imprescindible para una correcta finalización del proyecto en tiempo:
En una primera fase, etapa de definición, especificación y diseño de lo que se va a construir:
La Empresa detalla cuáles son sus necesidades y requerimientos. En esta fase tiene relevancia el documento aceptado por ambas partes denominado “Documento de Requisitos del Proyecto”. Este documento debe ser redactado por la Empresa y el Proveedor para luego ser aceptado por ambas partes.
Esta es la fase más complicada. Es la fase que determinará el éxito o fracaso de un proyecto de esta naturaleza. No se puede construir un edificio sin haber realizado bien los planos iniciales.
En una segunda fase, etapa de construcción y pruebas de lo previamente diseñado:
Se construye lo que se definió, especificó y diseñó de forma detallada al inicio del proyecto. Lo construido y probado debe estar señalado en la documentación elaborada y aceptada por ambas partes en la fase anterior.
Si la documentación elaborada en la primera fase fuera modificada SUSTANCIALMENTE en esta segunda fase; lo que se lleve construido pudiera valer de poco o nada. Además se ampliarían los plazos de entrega de la obra final.
En una tercera fase, etapa de implantación y puesta en servicio de lo previamente construido:
Se implantaría, se formaría a los usuarios y se refinaría la configuración del sistema informático.
Esta fase no debe dar problemas si las 2 primeras fases han sido realizadas correctamente. Si las 2 primeras fases arrastrasen vicios ocultos, esta fase es complicado que salga adelante o tenga éxito.
Obligaciones técnicas de las partes en un ERP
El desarrollo e implantación de un ERP, necesita de grandes esfuerzos y tiempos, para el proveedor y el cliente.
El proveedor:
Ha de ser una empresa altamente cualificada. Disponer de consultores que sean expertos conocedores, tanto del producto como del tipo de negocio del cliente. Tanto la empresa proveedora como los consultores asignados al proyecto deben comprometerse plenamente en el proyecto. Todo ello para poder desarrollar a medida un sistema informático hábil y útil a los fines pretendidos por el cliente.
El cliente:
También deberá comprometerse con el proyecto. Deberá realizar un gran esfuerzo económico, tanto en el propio coste del producto como por las horas que deberán dedicar sus empleados para colaborar en la correcta adecuación y puesta en marcha del programa informático. Además deberá adaptar, en cierta medida, la forma de trabajar a la forma de operar del programa informático. Mentalizar a sus empleados de que deben renunciar a algunas necesidades particulares en aras de los beneficios que supone el uso de un programa informático de este estilo. Por lo que el proveedor tiene el deber de formar y dar soporte al usuario final de la aplicación. Todo ello para hacer más liviana la migración de un sistema de trabajo antiguo al nuevo sistema de trabajo.
La puesta en marcha exitosa de un ERP aportará al cliente grandes beneficios:
Por un lado, obtendrá una mayor productividad y dispondrá de información integrada y a tiempo para una mejor toma de decisiones.
Por otro lado, podrá comprobar y determinar en procesos penales contra la empresa si el sistema informático es el adecuado para supervisar, vigilar y controlar las actividades de la empresa ante irregularidades que puedan surgir. Puede ampliar información en el artículo «Compliance y dictamen pericial informático«.
Proveedor o cliente: Contrate un perito informático como asesor. El perito informático judicial que necesita tu despacho de abogados.